El síndrome del Opositor es es como se conoce a un conjunto de síntomas relacionados con algunas personas que se encuentran preparando oposiciones. Aunque puede tener algunas similitudes con el síndrome del quemado, realmente tiene características propias y conviene conocerlas y detectarlas a tiempo.
Tanto si estás preparando oposiciones, como si estás pensando opositar, es muy probable que ya imagines que el stress va a ser tu compañero durante un tiempo. Sin embargo, tal vez no conozcas el concepto Síndrome del Opositor. Se trata de un término relativamente nuevo y que recoge algunos trastornos y molestias psicológicas relativamente frecuentes en los opositores.
Lo primero a tener en cuenta es que no se deben confundir los lógicos momentos de nervios o estrés vinculado a las oposiciones con el Síndrome del Opositor. Los primeros son parte de cualquier proceso de preparación que se vaya a someter a un examen. Los segundos pueden considerarse un desorden psicológico que, mal gestionado, puede conducir a otro tipo de problemas de salud mental.
¿Qué es el Síndrome del Opositor?
Cuando hace algunos años se incorporó al catálogo de trastornos por estrés el concepto de síndrome del quemado, relacionado con el estrés laboral, se abrieron puertas a la identificación de otros malestares o desórdenes psicológicos relacionados con el estrés.
En el caso de quienes preparan una posición los síntomas que pueden determinar que se sufre el síndrome del opositor pueden ser relativamente similares al del quemado. Pero, como veremos a continuación, tienen particularidades que los distinguen.
Es importante tener en cuenta que el factor tiempo es uno de los que más influyen en los estudiantes de oposiciones: cuanto más tiempo se lleva invertido y más ser acerca la oposición, los síntomas se pueden agravar.
Algunos síntomas que te pueden poner en alerta
Uno de los principales síntomas a los que prestar atención es la incapacidad de descansar o desvincularse de la oposición. En cualquier método de estudio para preparar oposiciones se recomienda dedicar una parte importante del tiempo al ocio, tiempo libre y familia. Cuando el estudiante es incapaz de disfrutar de este tiempo de ocio, generalmente lo hace porque tiene sentimientos de culpabilidad o de perdida de tiempo.
Aunque esto puede ocurrir circunstancialmente a cualquier estudiante, cuando es reiterado y sostenido en el tiempo debe ser un toque de atención a la salud psicológica del opositor.
Otros síntomas que se pueden asociar a esta situación son:
- Exceso de periodos de angustia que pueden combinarse con estados depresivos
- Grandes modificaciones en el estado de animo, pasando de manera brusca de un periodo a otro
- Cuestionamiento reiterado a tus capacidades: habitualmente acompañado de pruebas o auto pruebas en exceso
Además de estos síntomas físicos, se han descrito también otros síntomas físicos que pueden aparecen en combinación a los psicológicos. Los más comunes son:
- Trastornos de la salud del sueño: dificultades para dormir de noche, somnolencia durante el día
- Crisis de ansiedad con síntomas físicos como palpitaciones, temblores, etc
- Jaquecas y dolores musculares localizados en zonas como los hombros, lumbares, etc
¿Se conocen las causas del Síndrome del Opositor?
En el síndrome del Opositor se unen diferentes grados de estrés. Aunque no hay una definición médica como tal, lo que se entiende de este trastorno parece tener su origen en tres factores:
Un modelo de estudio basado en el éxito: la oposición se aprueba o se suspende. No hay terminos medios o posibilidad de aplazamiento. Esto genera una tensión a la que muchas personas no están acostumbradas
Un nivel muy alto de autoexigencia: las personas con mayor nivel propio de exigencia son más susceptibles a este tipo de trastornos. En muchas ocasiones se relacionan con un exceso de celo en la preparación de las oposiciones, descuidando aspectos como la salud física o emocional, las relaciones sociales, etc
Una mala organización del estudio de los temarios: aquellas personas que deciden prepararse a través de las academias de oposiciones tienen menos riesgo de sufrir estas dolencias. El motivo principal es que se acogen a planes de estudio estructurados, bien dirigidos y estructurados.
¿A qué puede conducir el Síndrome del Opositor?
Inicialmente no se considera un trastorno grave en exceso. A diferencia del Síndrome del Quemado, que se asocia a un trabajo estable, en este caso el periodo de estudio de las oposiciones es el que pone el marco temporal a la dolencia.
Sin embargo, hay que tener en cuenta dos factores:
- La duración de la oposición
- El resultado de la pruebas
En algunas personas se puede tender a cronificar el estado de estrés derivado a un problema de salud mental que puede llegar a ser grave. Por ello, cada vez se presta más atención a este tipo de estados y se buscan soluciones o herramientas que compensen o minimicen la tensión de estos periodos.
¿Se puede evitar esta dolencia?
Es posible tratar de prevenir el síndrome del Opositor. Sin embargo, la base fundamental es procurar tener hábitos saludables para la salud mental y de refuerzo psicológico ante el estrés. Esto, que se debe aplicar para cualquier persona, es especialmente importante en alguien que se va a someter a la tensión de preparar unas oposiciones y examinarse.
Dentro de la prevención, y al tratarse de un trastorno que habitualmente aparece en las fases avanzadas de la oposición, lo primero es tomar conciencia de que esta dolencia existe, que cualquier opositor es susceptible a sufrirla y poner medidas desde el comienzo del proceso de estudio.
Elige cómo vas a estudiar
No es lo mismo estudiar sólo durante toda la oposición, que hacerlo en una academia, guiado y con una buena estructura y planificación del estudio.
Aunque al final el acto de estudiar es individual, tener una buena dirección y plan de estudios, así como apoyo de profesionales, genera un modelo mucho más práctico, racional y eficaz.
Organiza bien tu tiempo
Es fundamental una buena organización del tiempo. Aunque pueda parecer que no es así, los días tienen horas suficientes para aprovechar tanto en el estudio como en otras actividades.
Una buena organización del tiempo determinará los horarios de estudio, los descansos e incluso el ritmo con el que se estudia. Sin embargo, un error común es obsesionarse con los horarios demasiado. Si te has planteado hacer ejercicio, es saludable y bueno, pero, sin un día estás cansado y no de deseas hacerlo puedes buscar alternativas. Esto es aplicable a todo.
En general, aunque se recomienda tener rutinas, también es recomendable tener cierta flexibilidad y no obsesionarse con el timing.
Refuerza los hábitos positivos
Para la mayoría de personas atravesar un periodo de tensión como el que supone preparar una oposición va a generar cierto malestar en mayor o menor medida si no se ponen herramientas para evitarlo.
Sabiendo esto, es básico reforzar los hábitos positivos que son ciertas rutinas y acciones tendentes al equilibrio emocional. Es importante encontrar aquellas actividades, hábitos o acciones que puedan ayudarte en este sentido.
Desde poner en practica de manera cotidiana ejercicios de relajación hasta determinadas rutinas como correr, pasear o nadar, son acciones positivas. A estas se les pueden sumar otras como, una alimentación sana, unas buenas rutinas de sueño, mantener las relaciones sociales y familiares, etc.
Elimina los malos hábitos
Siempre es buena idea mejorar la calidad de vida a base de incorporar hábitos saludables. En estados de tensión y stress esto es especialmente cierto. Pero, también es importante eliminar en la medida de lo posible malos hábitos.
Por ejemplo, el sedentarismo, que es un gran enemigo de la salud en general, también lo es del opositor. La mala alimentación, los malos hábitos de sueño o los horarios mal repartidos son otros elementos a tener en cuenta y, en la medida de lo posible, eliminar.
Otro aspecto importante que debe evitarse en la medida de lo posible es el uso excesivo de estimulantes como la cafeina. Aun se tiene una imagen un poco trasnochada del opositor insomne pegado a una taza de café. Aunque esto tener un cierto reflejo en algunas personas, no es en absoluto saludable.
Lo ideal es limitar en la medida de lo posible el consumo de cafeína y otros estimulantes. Por otro lado, el tabaco tampoco es un buen compañero del estudiante cuando se trata de hábitos saludables.